Add parallel Print Page Options

24 ¡Es verdaderamente triste
andar de casa en casa!
Cuando estás en tierra ajena,
no puedes ni abrir la boca;
25 sirves a gente malagradecida,
y tienes que aguantar que te digan:
26 «¡Ven aquí, extranjero!
¡Prepara la mesa y sírveme!»

Read full chapter